lunes, 13 de agosto de 2007

La crisis económica que se avecina

Uno de los alicientes comunes en todas las campañas publicitarias dirigidas a potenciales compradores en la Florida, es la facilidad para obtener préstamos hipotecarios sin apenas requisitos.

¿Pero qué pasará si el nerviosismo provocado por la crisis de las “hipotecas basura” obliga a los prestamistas a implementar medidas más rigurosas?

¿Qué son las hipotecas de alto riesgo?

Las hipotecas de alto riesgo o “subprime” se concedían a clientes con problemas de solvencia o mal historial crediticio. El 11-S provocó el temor a una crisis internacional sin precedentes, solventada con la inyección de capital en los mercados y la bajada de tipos de interés (la FED llegó al 1% y el BCE, al 2%).

El crédito se hizo extraordinariamente barato y muchas personas pudieron obtener hipotecas. La burbuja inmobiliaria, o sea, el encarecimiento de la vivienda por razones especulativas, empeoró gracias a los políticos, que aprobaron restricciones a la construcción de casas y la Community Reinvestment Act que obligaba a los banqueros a prestar dinero a personas que no reunían las garantías necesarias.

En este horizonte, los clientes asumieron préstamos a muy largo plazo sin respaldo de ahorro real.

Las intervenciones de estos días de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo no son otra cosa que leña para el fuego que ellos mismos prendieron. El BCE ha colocado desde el jueves 9 de agosto casi 200.000 millones de euros. Lejos de ayudar, ha sembrado la desconfianza, la incertidumbre y la huida masiva de inversionistas: han causado pánico en las Bolsas, la gente siente aversión por el riesgo, los bancos desconfían unos de otros y los tipos de interés han llegado a máximos.

¿Cómo un problema local afecta la escena internacional?

Los bancos estadounidenses emitieron bonos garantizados por las hipotecas basura, que compraron un buen número de entidades inversionistas de todo el mundo. Una muestra: BNP Paribas suspendió los reintegros de varios de sus fondos, afectando a unos 1.600 millones de euros. Y no es el único banco en apuros.

¿Qué nos espera?

Primero, un aumento del mercado de remates, de la compra de inmuebles vía subasta. Si tiene capital, entre en el juego, puede encontrar gangas.

Y segundo, y más importante, un endurecimiento de las condiciones para acceder a créditos hipotecarios. Sin duda, la apertura de investigaciones a varios grandes bancos por parte de la FED, bajo sospechas de otorgar créditos sin garantías suficientes, tendrá una respuesta por parte del sector bancario.

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